lunes, 16 de febrero de 2009

Desgaste o burnout profesional.



Los profesionales que se dedican al cuidado de la salud y a la educación son de los más afectados por el desgaste profesional (burn-out) y el estrés.
Es por esto que es muy importante aprender a reconocerlo, prevenirlo y atenderlo cuando aparece.En 1974 Herbert J. Freudenberger describió y definió el Burnout como un estado de fatiga o frustración producido por la devoción a una causa, un estilo de vida o relación que falló en producir el resultado esperado.Cabe destacar que mientras más altruista y entregada sea una persona, mayor es su riesgo de caer en un desgaste profesional, en la medida en que trata de dar de sí con tal devoción que a menudo se olvida de cuidar su propio bienestar.Lo que sucede entonces se parece al cuento del leñador que salía a cortar árboles todos los días, pero cada día lograba talar menos árboles. Cada día juntaba sus fuerzas y con todo el entusiasmo del que era capaz se dedicaba a golpear los troncos con su hacha… Pero cada vez tardaba más tiempo y lograba menos resultados. Un día pasó otro leñador y le preguntó “¿qué haces?” Y el primer leñador le contestó que estaba trabajando. Entonces el leñador que pasaba le dijo: “¡Pero tu hacha está completamente chata! ¿Hace cuando que no la afilas?” ¡…!Y así nos pasa cuando nos enfrascamos en ser útiles a otras personas, sin poner atención a nuestra propia salud y equilibrio emocional.


Maslach y Jackson (1986) definieron tres dimensiones del burnout:

• Agotamiento o cansancio emocional, que puede manifestarse de manera emocional o física y es la sensación de no poder dar más de sí a los demás.

• Despersonalización: desarrollo de sentimientos, actitudes y respuestas negativas, frías y distantes hacia otras personas; especialmente hacia los beneficiarios de su propio trabajo.

• Baja realización personal o logro: dolorosa desilusión para dar sentido a la propia vida y hacia los logros personales, con sentimientos de fracaso y baja autoestima.


Entre las consecuencias del burnout, podemos mencionar las siguientes (Ortega y López, 2004):

• Relacionadas directamente con la salud física: alteraciones cardiovasculares, gastrointestinales, respiratorias, cefaleas y migraña, alteraciones del sueño, dermatológicas, menstruales, disfunciones sexuales, dolores musculares o articulares.

• Que inciden en la salud psicológica: ansiedad, depresión, irritabilidad, disforia, baja autoestima, falta de motivación, baja satisfacción laboral, dificultad de concentración, distanciamiento emocional, frustración laboral y deseos de abandonar el trabajo.

• Conductuales: ausentismo laboral, consumo de drogas, conductas de alto riesgo, aumento de conductas violentas, alteraciones de la conducta alimentaria, disminución de la productividad, falta de competencia, deterioro de la calidad de su servicio.Éstas son las amenazas que nos ponen en riesgo de sufrir burnout o desgaste profesional:

• Sobrecarga en el horario de trabajo.

• Falta de poder en la toma de decisiones.

• Falta de solidaridad entre los compañeros de trabajo.

• Trato injusto.

• Conflicto de valoresA continuación se mencionan algunas estrategias para la prevención del burnout:

• Apoyo en redes tanto dentro como fuera del ámbito laboral.

• Descanso, relajación, sueño.

• Deportes, de preferencia no competitivos.

• Actividades recreativas, pasatiempos.

• Cuidado con el consumo de substancias: cafeína, alcohol, nicotina y azucar.

• Diseño adecuado del espacio de trabajo.


Para los profesionales que sufren burnout, es muy importante que busquen ayuda, tomando en cuenta que las estrategias para el tratamiento deben tomar en cuenta dos ámbitos de intervención:

• En lo individual: relajación, biofeedback, técnicas cognoscitivas como reestructuración cognoscitiva, resolución de problemas, entrenamiento de asertividad, fomentar habilidades de afrontamiento y técnicas de autocontrol.

• Estrategias orientadas a nivel organizacional: identificar las fuentes de estrés e implementar estrategias. Por ejemplo mayor estructura con lineamientos claros acerca de lo que se espera de cada trabajador, y fomentar la participación de los trabajadores en la toma de decisiones.


Referencias:

Freudenberger, H. J. (1974). Staff Burnout. Journal Social Issues. 30: 159-166

Manktelow, J. (2008). Burnout – An Introduction. MindTools.

Maslach, C. y Jackson, S. (1980) Maslach Burnout Inventory Manual. Palo Alto, California. Consulting Psychology Press.

Ortega Ruiz, C. López Ríos, F. (2004). El burnout o síndrome de estar quemado en los profesionales sanitarios: revisión y perspectivas. International Journal of Clinical and Health Psychology. 4(1): 137-160